miércoles, 27 de enero de 2016

Muertos

"No me gustó que me conocieses casi como nadie cuando te convertiste en alguien a quien no conocía. Tus ojos eran los de un perro que había crecido conmigo y había muerto pese a seguir andando. Me diste miedo. Ya no me da pena. No me gustó enamorarme de ti. No me gustó que no te dieses cuenta de que estaba rota. Pude haber vuelto. Por eso lo hice, pero no me gustó que no te gustase imaginarme pasear al sol, tal vez sonriente, sin tener la obligación de contártelo. Eres genial. Siempre he pensado que eres genial y que si tuviese un hijo lo haría contigo. Mil veces. Hasta que nos saliese un humano sin sentido con lo peor de cada uno. No me gustó que me devolvieses el golpe sabiendo que nunca tuve fuerza para habértelo dejado antes. No me gustasteis. Os besé para no hacerme daño. No os conozco. Lo siento. No me importáis. No me gustó que me amases igual que al resto. Me hizo sentir unacualquiera y no quería pensar en lo que siempre pienso. Lo siento, fue una tontería. Yo también te amo. Eres un lobo bueno al que rascarle la barriga. No me gustó que no vieses nada. Que te dieses la vuelta sabiendo que estaba callada detrás. Creí que nunca te perdonaría, era mentira. Te quiero más que a mis muñecas. No me gustó que me traicionases. Nunca había confiado tanto en nadie. No sé si podré perdonarte, pero te juro que te quiero."
Irene X
He llorado tu muerte
con la agonía que supone saber que no volverás a ver a alguien a quien un día quisiste.
Quiero decir
que ahora
que no puedo distinguirte de mi padre muerto
cuando tengo miedo pienso que me coges la mano fuerte
y me dices que no hay nada detrás de mi, y sonrío y me vuelvo a dormir.
Lo que duele no es la muerte
si puedo ver tu cadáver los sábados por la noche
y no salto hacia él como una loca
con el único fin
de reanimarlo.
Tus ojos
muertos
tus manos muertas
tus labios
muertos
besando a alguien
tus principios muertos
tus finales más tristes que la propia muerte,
porque aun tienen que soportar la vida.
Y en una milésima de segundo me doy cuenta de que has muerto,
solo me basta un vistazo,
y ya no vuelvo a mirarte
y ya sigo con mi vida, y ya sigo con mi luto.
Lo que me duele no es verte muerto
todos los días que te cruzas
y me giras la cara
muerta.
Lo que de verdad me mata de tu muerte
es recordarte vivo


o no tener un sitio donde dejarte flores.

martes, 26 de enero de 2016

la culpa.

Voy a tratar de convencerte
de lo dura que soy
cuando rompa el suelo
al tropezar
y me duela más
su llanto
que el cuerpo.

lunes, 18 de enero de 2016

Hay algo en todo esto, algo en mi
enfermizo, patológico, contagioso.
El mal está en mis manos
lo sé porque mientras escribo lloro.
La tragedia en su mente tiene mi risa
por eso me gira la cara si me cruzo,
para que llore y olvidarse de cómo suenan los principios. Para no oírla.
No hay nada de lo que pueda convencerle ahora
que ha visto en otros ojos la oscuridad del túnel
y va hacia dentro
como un valiente.
Siempre he escrito para él historias mías
y ahora que no me lee me atribuyo la suya
un poco a traición
incluyendo en sus a partes besos en vez de abismos
retrocediendo al principio de la nuestra casi a todas horas
en un masoquista acto de supervivencia
para que duela ahora tanto
que todo lo que venga después
me parezca

un juego de niños.