miércoles, 25 de septiembre de 2013

Te escribo con la prisa de quien sabe
que jamás llegará a tiempo
a ninguna de tus partes
y pone la duda en un altar
porque no quiere acertarte
nunca.
Te escribo sin saber muy bien
con que parte de mi cuerpo,
porque he salido corriendo
con todas ellas
y parece que no me lo van
a perdonar
nunca.
Para contra mi
todos los recuerdos
que no quisiste llevarte,
los sabores que dejaste
olvidados en mi lengua
-por la que ya
te he perdido-
que ella nunca olvidará.

Hablamos de las drogas
como si no quisiéramos
verte pasar sonriendo por nada.

Y así nos va.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Paradojas de la vida.

No tenéis ni idea de lo grande que se me queda el nombre.
porque no he ganado nada
sin haberme perdido primero
y los empates me parecen
las ruinas  
más bonitas
donde quedarse a vivir eternamente.

No tienes ni idea de lo grande
que se me queda el nombre
si nunca muevo una pieza
que no trate de escapar
del maldito tablero,
ni me siento mejor cuando he cobrado
las deudas en lágrimas
que no has sabido
pagarme en besos,
ni ordeno mis trofeos
por colorines,
porque son todos los yo
que el tiempo
me ha quitado de las manos
y no me va a devolver.

Así que no quiero flores
que mueran
para que sonría,
ni que dibujes
barrotes en el espejo
o te comas la vida
sin tener hambre.

Y en realidad no estoy muy segura
de si el nombre me hace a mi
o yo lucho contra él
para no ganar nada
que pueda contarse con los dedos.

Pero no puedo evitar reírme
cuando me llamas,
porque tienes la facultad
de burlarte de la puta mentira
haciéndola real
en tu boca
por un instante.