domingo, 30 de octubre de 2016

Las cosas como son

Preguntándonos el por qué
de las clases de personas que somos
en plural
porque no es una si no varias
las que nos van construyendo
y no son una si no varias
las veces que nos equivocamos
o que hacemos justo lo contrario
de lo que estamos deseando.
Ando
tratando de encontrar argumentos
que no necesiten justificarme de nada
ni defenderme
ni convencer a nadie de que lo hice lo mejor que pude
porque quizás no sea verdad
y no me importe.

Y a quien le importe demasiado le pido disculpas de antemano
lo siento por no poder sentirlo por ellos
que miran desilusionados la película
que esperan, quizás, un giro inesperado
argumentos menos trillados
lecciones morales
moralejas
yo que sé.
Qué queréis que os diga si cada vez me cuesta más intentarlo
y cuando me pongo a ello siempre la misma pregunta
¿El qué?

Ojalá hoy la cosa cambie
pienso todas las mañanas
y a mediodía ya ni me importa
crecer
con el miedo que siempre le he tenido a los relojes.

Quiero decir que si te quito la cara si te cruzas
no es nada personal
es que no quiero más ojos
en los que verme.
Hoy no me apetece, tal vez mañana.

Que he tardado dos años en superar una pérdida
que no una ruptura
y por eso se que hay cosas que no se recuperan
(porque los regalos no se devuelven)
y lo que más me pesa ahora es todo lo que no di.

Si tuviera que elegir un defecto atípico
sería el de rodearme de gente que no quiero
cuando no me quiero
y culparlos luego
por no quererme.

He hecho tantas cosas mal
que arrepentirme sería
una ingratitud al futuro
y ofensivo pal pasado que ya maté.

Si no puedes limpiar tanta mierda aprende a vivir con ella
y eso hago.