Haciendo balance de daños me doy cuenta
de que pido más del que me hacen
y nunca consigo equilibrarme.
Siempre encuentro historias de mi vida en la mente de algún
niño
al que aterroricé de pequeño
y ahora no puede olvidarlas.
La sensación de equilibrio
cuando se cae
es jodidamente adictiva
y tú lo sabes.
Y no es que no me guste el alcohol
pero a veces, soy tan pequeña
que me da miedo probarlo
por si me pillan.
Y aunque nada de esto tenga sentido
la verdad es que echo de menos
que hagas trampas cuando no miro
y vayas siempre en dirección contraria
para que no pueda perderte la pista.
Así que sigue creciendo
que yo estaré, mientras, entrenando a mi ejercito,
aprendiendo a usar las armas
un poco mejor que las palabras
para poder cargármelo de una puta vez.
Y no te preocupes,
cariño
que vas a volver a recordarme
en cada pestaña que se te caiga
y a cogerme la mano
cuando nadie te vea.
Vamos a volver a creernos las verdades
que nos contaban nuestros abuelos
cuando aun creían en nosotros.
Voy a devolverle todas esas estocadas
que nos han hecho más listos
y menos humanos.
Voy a mancharme las manos con su sangre
por todos los líquidos que no se han derramado
por su culpa.
Voy a salvarnos
y a salvarte.
Voy a matar al tiempo.
por el amor sobre todo,
pero también por ti
y porque nunca me encuentres
y siga siendo eterna.