domingo, 7 de diciembre de 2014

.-p

Que me aguante los chupitos.
que me aguante.
Con los dientes bajo el brazo
y la boca
vamos, andando
que siempre nos ha perdido
la lengua
y los sabores
no nos han
perdonado todavía.
Vamos andando
con la sonrisa confusa
y las palmas de las manos
bajo el cielo
pa que no se caiga encima
ya no queremos volar.

Que te digan esas zorras
qué quien soy
y no sepas responder.
Es todo lo que espero
de esto,
Que no sepas responder
si te pregunto la hora.

Voy a comerme los puños
voy a comerme
los puños
y luego vendrás aquí
y yo ya no tendré hambre.

Si al tiempo me entiendo
sé que algo ha ido
mal.
Si al tiempo
puedo justificarme
de algo
no hará falta que me hagas
más preguntas.
Se levanta la sesión, el juez llora
se levanta la sesión y te da igual.

Las cosas que se te ocurren. A mi no me cuentes historias que ya he tenido bastante por hoy. Y aun así te busco. Te busco porque si no quema tampoco calienta. Te busco porque no somos tan diferentes y los espejos nos gustan y nuestra mierda nos resulta
extrañamente familiar.
y la necesitamos en navidad
pero la odiamos
el resto del año.
A ver qué hago ahora pa que me creas, si de tantas mentiras nos hemos hecho grandes. A ver si te acuerdas de llamarme en año nuevo
como si creyeras en el tiempo
como si supieras que no te la va a jugar
cuando te acuerdes
y nunca sea
demasiado tarde.

Lo que los dientes necesitan es frío
pa no dejar nunca de bailar.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Inesperado, para mi, también.

Veo la vida y no me creo nada, lo que te cuentan y lo que se callan por mucho que preguntes como qué día es hoy o si sigue con esa chica. Y a decir verdad tampoco es que me importe mucho. Hoy por lo menos, he hablado con Marina casi media hora y mañana será el día después del día que hable con Marina casi media hora. El tiempo aquí pasa tan deprisa que tengo miedo de hacerme mayor demasiado rápido.
Estoy escuchando tantos idiomas a la vez que no estoy segura si llegue donde esperaban,
por suerte, todavía me quedan amigos, pocos, que me de vez en cuando me dicen quien soy y de donde vengo (que es lo importante para poder volver), una habitación preciosa (10m2) que me protege de las estrellas que quieran mirarme (las que tu miraras con ella, seguramente), polvos fáciles que rechazar y muchos posits en la pared que me recuerdan que sigo siendo un desastre y que, a pesar de eso, no me he perdido del todo. Lucia siempre me ayuda a buscar las llaves y el móvil, mamá, sabe que no lo hago a posta. Todas las noches me recuerda que tal día y tal día de la semana tenemos fútbol, pagar recibos, fiesta en casa de, o vete tu a saber que cosa. Cuando salimos me vende tan bien que mis idas de olla parecen una virtud, una particularidad de antiheroe que reniega de cualquier tipo de super poder, y entonces no reímos del día que buscaba las llaves y las llevaba en la mano o del rollo de las gafas perdidas en el hotel de Valencia. A saber que cosas han visto en esa habitación.
Y que puta envidia ¿No?
Y es que eso de ir dejando trocitos de mi por todas partes no es estrictamente material, me he dejado cosas también dentro de personas y de momentos. Y sé que no son pérdidas, lo sé, porque no dejan de pesarme aunque pase el tiempo. Lo sé porque ese tipo de despistes, intencionados o no, me han hecho reír más de una vez, y no sé quién ni a las cuántas cervezas me dijo eso de "sólo lo que hace reír merece la pena" (o al revés), y pensé mucho en esa frase a la mañana siguiente y al tiempo seguía pensando.
Así que, de vez en cuando, me veo a mi misma repasando cicatrices y abriendo algunas heridas que no he querido cerrar del todo y me acuerdo de todas las risas que me fui dejando en algunos bares, algunos vasos y algunas bocas. Hay incluso fotos a traición que han querido declararme la guerra, pero también las miro, no sin cierta tristeza, (para saber de que pie cojea el adversario, estudiar al enemigo y todo eso que aprendes a hacer a base de caerte mucho) y me veo a mi misma no muy favorecida y con esa cara de completa idiota.
Y cada vez tengo más claro
que merece la pena,
joder si la merece,
luchar
por tanta risa.

sábado, 16 de agosto de 2014

-

Ella era una mentirosa
pero no sabía mentir,
tampoco quería aprender,
necesitaba que la supieras
siempre
sin rodeos
a todas horas.
Y no daba
lugar a dudas.

martes, 3 de junio de 2014

Supongo que las letras no podían mentir siempre.

Voy a contarte mis razones
aunque me sobren los motivos
y me falte arte.

Voy a tirarme de la lengua
hasta el estómago
porque ni el pecho se imagina
cómo de grande 
puede sentir
hasta que no está apoyada
tu cabeza en mi barriga.

Si hablamos de tiranos
yo me declaro culpable
de anhelar el régimen
cuando te tengo encima,
de quererte cada vez con menos balas
y más heridas.

Y aunque no sé nada de tronos ni de reinos
sé que te quedaría pequeña
cualquier corona,
porque te he sangrado azul las mejillas
en tantas ocasiones
que me he dado cuenta de que eres
el único rey
al que no quiero
dar mate.

Soy los trozos
del juguete favorito de un niño,
sólo que ahora me he hecho mayor
y parece que no encajo
en ningún sitio
pero corto los dedos de todo aquel
que intenta jugar conmigo.

Supongo que contigo me pasa un poco eso.

Y aun así piensas que tus manos ahora tienen más vida,
que te he alargado la línea del amor
y no quieres parar nunca de jugarme,
(aunque siga creciendo)
para que el destino
no te joda la sorpresa.

No te entiendo.

Me llega la orden de desahucio
de los castillos
que llevo construyendo en el aire
desde que el sueño no me deja dormir
y te encuentro a ti ahí
recogiéndome las maletas
y la fe
para que no se me pierda 
ni cuando por fin me encuentre.

Es por eso y por todo,
que quiero
que te quedes
entre los huecos
de cada letra.




miércoles, 28 de mayo de 2014

Juzgar, jugar.

Fuimos aves enredadas en caricias
como besos que se pierden
sin remitente
entre las ramas de algún árbol
falto de amor.

Fuimos letras de canciones
y finales de películas
sin argumento,
que trataban siempre
de no gustarnos.
Fiebre en los labios,
Jaqueca en el corazón.

Corazón sin corazón.

bar de ambiente sin música.

Música sin música.

La diferencia entre ser y esperar
es la diferencia en si.
La similitud también.

No juntes esas dos palabras
para convencer a alguien
de que eres lo que esperabas

porque si se lo cree
serás un poquito menos.

No las juntes para convencerte
de que serás lo que esperas
de que esperas
pronto
ser.

No las juntes si me sigues esperando,
si has dejado de esperarme
o si esperas que te pase
como el tiempo
por detrás, sin avisar
y no se te arrugue
un poquito
el alma.




miércoles, 19 de febrero de 2014

-

Me has calado ya
y lo sabes
pero hasta eso se lo lleva la lluvia
si dejamos que llueva demasiado
y esta vez no voy a nadar contracorriente.

Tampoco voy a pedirte que te quedes a dormir
porque no quiero despertar mañana.

No pienso moverme del sofá
Es mi manera de salvar al mundo.

Que me corten las manos
si algún día me pierdo
y te ato corto para que no te vayas,
que tu brújula está desorientada,
lo sé,
pero no puedo evitar sentir predilección
por los caminos mal señalizados.
Así que vete con ella
a ninguna parte
antes de que quiera usar tu espalda de guía
y no te quede otra
que cargar conmigo.

No pienso colonizar
partes de tu cuerpo
que ya han sido de otras
ni avalar tus defectos con mis sueños.

Huye ahora que todavía puedes
de todo lo que podríamos ser.

Clavarte banderillas con mi nombre
sólo sería condenarte a recordarme
como quién nunca he sido.
porque no somos más que eso,
ya te lo dije una vez.

No me obligues a encerrarte en mi futuro.
No me quieras nunca.
No te hagas sufrir.
Ya hemos sido suficiente por hoy
y hasta daño
sin sentirnos del todo.

Así que abandona el barco
que pronostican tormenta

y me estoy haciendo agua.

lunes, 27 de enero de 2014

De los pelos.

Si no vas a apretar el gatillo
no hace falta que me apuntes.
No me adviertas de los monstruos del camino
si no vas a ser una de mis pesadillas.

No voy a pedirte que me des lo que no tienes
ni te voy a robar lo poco que te quede
porque luego no sé dónde guardar
tanta culpa
y ya tengo bastante mierda en la habitación.
Sólo quítamelo todo, joder:
El miedo, la ropa, las ganas.
No me dejes ni la sonrisa.
Consúmeme.
Quémate el labio.

Lo único que te pido
es que no me vendas bien
para convencerte de que hiciste una buena compra
y te den ganas de cambiarme por algún otro producto
cuando leas la letra pequeña.
Que pujes por todos mis yo
defectuosos
que se pregunten qué coño estás haciendo.

Que no se acabe la risa, por favor.
Que nunca la entiendan ellos.

No voy a dejar que me folles
si no me haces el amor primero
y me convences de que existe.
Quiéreme sin pedigrí,
en los huesos, cabezona.
Y en ocasiones vestida.

Sácame de quicio,
juega a no quererme.
Haz que me enamore.

Ódiame mucho más
de lo que has amado a nadie.

Que nada de esto tenga sentido
pero que no puedas vivir solo

con todo lo demás.

miércoles, 8 de enero de 2014

Pataletas y mordedores

No puedo distinguirte de los efectos secundarios
que han hecho que sea mejor
la enfermedad
que el remedio.
Y aunque no sé mucho de medicamentos
puedo enumerarte todos y cada uno
de los venenos
que me mantienen con vida.
El invierno sigue atropellándome cada vez que salgo a buscarte
sé que no es la mejor excusa
pero me persigue como si quisiera
protegerme del frío
por eso nunca llego donde tu
o llego siempre tarde
y despeinada
y prefiero bailar sola
a hacerte bailar conmigo.
La mejor manera de envejecer
es quedarse para siempre en uno de tus hoyuelos
y seguir cavando hondo ahí dentro
con tu risa como único taladro
para que nadie pueda decir
que no te hice cicatrices.
Ahora mismo sólo puedo contarte el final
para que tu me digas
como acaba el principio.

Hace frío y estoy sudando
no tengo fiebre ni excusa.

Así con todo.